Joaquín Beye de Cisneros.
Joaquín Beye decía que: la enseñanza pública de los niños
era uno de los objetivos principales de un gobierno que fuera ilustrado, y que
el gobierno la facilitaría pero de un modo que fuera de fácil acceso para los
niños de escasos recursos, el ayuntamiento de México propuso a v.m. para que
facilitara el proyecto de enseñanza pública y gratuita; sin embargo en la
ciudad de México habían muy pocas escuelas gratuitas y no eran suficientes con
respecto al número de niños ni y las que habían se encontraban lejos y eran
difícil para incorporarse. Por esta razón se propuso que si en cada convento de
religiosos se estableciera una escuela gratuita, en las que se enseñara la
doctrina cristiana, las obligaciones respectivas de los españoles, leer y
escribir. Esto como en 20 conventos y en algunos hospicios, se hallaría
por toda la cuidad las escuelas de fácil acceso para los niños pobres.
Joaquín dijo que si a ese plan lo calificaran de una manera
útil y no opuesto a la profesión de ningún orden religioso, por ser conforme a
la caridad y útil al público.
Las escuelas que ya estaban establecidas eran útil para los
hombres, también lo sería para las mujeres y más aun que localizarían escuelas
más cercanas; a la mujeres aparte de que les enseñarían las primeras letras, lograrían
aprender a cocer, bordar, tejer y otras maniobras mujeriles.
Pero esta propuesta no se logró debido a la preocupación de
los prelados por los decretos de la congregación de regulares de roma, así
privaron a los pueblos de tan gran beneficio. Pero para restablecerlo
reverentemente hago a v.m. las siguientes proposiciones
1ª que no se conceda licencia para fundación de ningún
convento, sea de hombre o de mujer, sin la obligación de mantener en el una
escuela gratuita para niños pobres conforme a su sexo.
2ª que en los ya fundados, tanto de frailes como de monjas,
y que no estén establecidos, se establezcan, pasándose para su cumplimiento a
los prelados, a quienes corresponde, las órdenes oportunas.
3ª que se les prevenga que dentro de tres meses de su recibo
en los países libres deben dar cuenta de su ejecución, y en los ocupados dentro
de seis meses, contados desde el día que se verifique la expulsión de los
enemigos.
Pero todas estas propuestas que don Joaquín hizo
nunca fueron admitidas.
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