La escuela en el campo era nula, no existía instrucción ni
moral ni nada por lo que el indio jamás aprendía a leer ni a escribir. A veces
había una escuela pero solo se enseñaba la doctrina religiosa y
los rezos, en donde locuras no predicaban sermones, solo les recordaba que
debían de pagar el diezmo, sirviéndose de la idolatría que tenían los indígenas
hacia el clero, ayudándose de sus miles de santos que sustituyeron a los ídolos
antiguos. Los primero misioneros como Jiménez de Cisneros, procuraron instruir
a los indios no solo en la religión, sino también en las artes,
aprendiendo su idioma y sus costumbres, abriendo escuelas como la de
Tlatelolco y de Letrán, instruyéndolos en la lectura, escritura y la música.
En el virreinato, cuando ya no había nada que temer, los misioneros
desaparecieron, las escuelas se cerraron y en su lugar se levanto el
palacio del obispo, declarándose inútil a la escuela y en su lugar se
levanto el brasero de la inquisición, siendo ahogada las leyes de indias.
El maestro debido a su necesidad, desempeñaba otros empleos en donde apenas
podía cantar los rezos, azotar a los niños y devorar su pobre y amargo
alimento, muriendo en la flor de su vida. Eso pasaba antes, y eso pasa ahora
con la raza indígena y aunque oprimida busca la instrucción ya acepta con gusto.
Dentro del pueblo los mejores tres edificios eran: la iglesia, la casa del cura
y la casa municipal (en donde se incluía la escuela), tratando al maestro
con respeto y veneración. El aspecto de la escuela solía ser desolador, mientras
que los niños serios y tristes esperaban aquí el maestro empezara a canturriar
los rezos, para seguirlo en coro. En los pueblos más afortunados, el maestro
mejoraba la instrucción, transformando a los aldeanos en personas inteligentes
y mejorando su calidad de vidala escuela de poblaciones grandes, era diferente, si
hay clases indígenas, estas serán discriminadas la lengua sería una gran
dificultad; por ello es preciso prescribir la enseñanza del castellano y
exigirse a los maestros que sepan los idiomas del país. Los ayuntamientos tenían
muchas responsabilidades: vigilar a los maestros para que no enseñen más que
los rezos, hacer una enorme colecta de dinero, que no se
enseñara acerca de la geografía, historia de nuestro país y mucho menos de
los derechos de los hombres, dejando que el derecho electoral solo fuera
una farsa
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